A pesar de la presión que implica escoger una carrera que defina tu vida laboral, este es un paso que enfrentamos todos los jóvenes al graduarnos de la secundaria. Si tenés un amigo o amiga que pronto se bachillerará, compartile estos consejos. ¡Le serán de mucha ayuda!
Si no tenés una mediana claridad sobre qué estudiar en el futuro, no dejés para el final pensar e investigar sobre ello. La respuesta no va a llegar mágicamente. Es más práctico comenzar a involucrarte con experiencias sobre el tema. Debés preguntar y visitar lugares donde se realicen las actividades sobre las carreras que te interesan. Visitá las universidades, pedí autorización para ir a alguna clase, hablá con los estudiantes y con profesionales de estas carreras.
2. Pensá quién querés ser y no qué querés estudiar
Cuando somos niños y nos preguntan qué queremos ser cuando grandes, respondemos muy fácilmente: soldado, policía, bombero, piloto, presidente, cantante, doctor, entre otros. Para los niños es muy sencilla la respuesta porque piensan en lo que imaginan y en la forma en que se ve ese deseo. Ven la expresión visible de la profesión. Imaginá por un momento qué querés ser, no qué querés estudiar.
3. Trabajarías gratis
Si ello fuera posible, ¿trabajarías gratis? ¿Qué te gusta tanto que estarías dispuesto a hacerlo sin paga? Un ejemplo de esta vocación son las personas que a pesar de no tener remuneración hacen cosas por lo demás sin recibir más que reconocimiento.
Le ayudas a tus compañeros en matemática o en dibujo.
Te gustan tanto los animales que recoges a un pájaro herido y le das de comer.
Te encanta explicar algún tema que conocés y que te piden hables de ello.
Estos son indicios de que estás escogiendo bien tu carrera. Si en cambio tu motivación es estudiar Medicina porque ganan mucho dinero, probablemente no sea la mejor decisión.
4. Una decisión personal
Es importante que en una decisión se escuche y obtenga consejo de padres, maestros y familia. Sin embargo, también que se den los pasos relacionados con investigar realmente qué significan aquellas profesiones que más atraen y que están siendo consideradas.
5. Entusiasmo
Te entusiasma ingresar a una carrera. Te imaginás vestido de uniforme, con un casco en una mina, atendiendo a un animal, operando una cosechadora o diseñando un puente. Una buena señal de estar en la dirección correcta es sentir emoción por cumplir con un papel profesional.
6. Comenzá ahora
Terminar el año escolar y sacar buenas notas en los exámenes de acceso a la universidad puede ser estresante, pero si realmente te interesa una profesión y lo que querés es estudiar, ya lo estás comenzando a practicar. ¿Estás escribiendo para el anuario escolar o comenzaste a practicar con un software de diseño de planos?
Estos son indicios de que algo te apasiona y que estás dispuesto a estudiarlo.
7. Preocupación por el salario
Si bien es cierto que el promedio de ingresos de ciertas profesiones es mayor que en otras, ninguna asegura por sí misma el éxito económico ni profesional. Durante la vida adulta, múltiples variables pueden afectar el tema del dinero. Es más importante que realmente la profesión te guste y exista interés en ella.
8. Ánimo y buenos profesionales
En ocasiones hay ejemplos de personas con profesiones respetables que no han tenido éxito o su vida ha sido difícil. Buscá experiencias exitosas, no te desanimés por personas que son negativas respecto a su profesión. Probablemente hayan razones personales que les han afectado, como no ser un buen profesional, o decisiones que no han sido apropiadas.
9. Cada persona es diferente
Todas las personas somos diferentes. Tenemos intereses, vocaciones, compromisos y habilidades diferentes. No hay que compararse, ni pensar que tener una mejor o peor nota lleva al éxito por sí mismo. Son un conjunto de decisiones en el transcurso de la vida que nos llevan a ser felices y exitosos en una actividad profesional.
10. Defender y explicar
¿Podés explicar el porqué querés estudiar una determinada carrera?
¿Qué te lleva a elegir un camino determinado?
Si podés explicarle a padres, profesores o familia que te interesa una profesión y actividad y sabes de qué se trata, estás en el camino correcto. Una decisión que se puede explicar y sobre la cual se tienen buenos argumentos es una decisión informada.
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Este artículo fue originalmente publicado en la Revista América Economía y ha sido reproducido en este espacio con previa autorización. Leé la versión original aquí.