Hasta hace algunos años, para postularse y entrar en la terna de posibles candidatos a ocupar un puesto laboral, bastaba entregar la hoja de vida y pasar las respectivas entrevistas. Hoy en día no basta con eso.
Para ser realmente considerado el candidato ideal, los gerentes de capital humano están cada vez más interesados en conocer a los aspirantes no solo en el ámbito profesional, sino también en el personal.
Por esta razón, han adoptado nuevas prácticas que les permitan conocer mejor la personalidad de los postulantes. Una fuente importante y abundante para obtener esta información es lo que publicas en redes sociales.
Nuestras vidas en las redes se han convertido en un apoyo valioso para el reclutamiento y atracción del mejor talento humano para las empresas. Esta “vida virtual” se entiende como una extensión de nuestra vida real y como tal se valora y examina para determinar aspectos como inteligencia emocional, capacidad de reacción, trabajo bajo presión y comportamiento ético y social.
No es raro encontrar casos donde aspirantes con un alto perfil académico y profesional hayan sido descartados por un twitt o una publicación políticamente incorrecta en su pasado o presente. Inclusive hay sonados casos de líderes que han tenido que abandonar sus cargos por un comentario indebido que los usuarios han sacado a luz pública.
Se espera que, en los próximos años, esta práctica por parte de los departamentos de capital humano sea cada vez más común e institucional. Inclusive en días recientes se anunció que el Departamento de Estado de los Estados Unidos, a partir de junio de este año estará solicitando las redes sociales de quienes aspiren a una visa para entrar al país norteamericano. Según la administración del Presidente Trump, esto vendrá a garantizar un mejor control y mayor seguridad para sus ciudadanos.
Lo anterior viene a llamarnos la atención sobre la importancia de nuestras publicaciones, lo que compartimos y todo el rastro digital que dejamos en las redes. Es en sí mismo una oportunidad para gestionar correctamente nuestra “marca personal” de forma estratégica, lo que se viene a traducir en algo simple: una buena o mala utilización de nuestros perfiles públicos puede abrirnos o cerrarnos muchas puertas.
Da igual si usas todas o solo una red social, tu contenido debe ser prístino, acorde a tus intereses y metas, tomando en cuenta que aunque utilices filtros de privacidad, al final las redes sociales son públicas y siempre habrá alguien que pueda filtrar tus contenidos al exterior.
La sabiduría y el sentido común serán tus mejores aliados a la hora de gestionar correctamente tus redes sociales, generando confianza y logrando que estas puedan abrirte puertas y oportunidades en tu vida profesional y personal.